Es la víspera de Navidades. Año tras año nos asusta la idea de este así llamado “peso navideño” que podríamos ganar. Como endocrino, me preguntan innumerables veces “¿Qué debo comer en Navidad y las fiestas?”
Mi respuesta simple, “¡Lo que quieras!”
¡Vaya, este tipo está loco! ¿Qué tipo de endocrino eres?
Retrocedamos un poco. Soy un firme creyente en la alimentación saludable.
Día tras día debemos hacer todo lo posible para impactar positivamente nuestra salud comiendo alimentos saludables y moviendo nuestros cuerpos. Tal vez eres alguien con un objetivo específico, digamos la pérdida de peso, entonces estas decisiones de comer sano y hacer ejercicio se vuelven aún más importantes.
Pero…
No perdamos de vista algunas cosas. La comida es más que solo contar calorías, tomar las decisiones más saludables y estar orientado únicamente a los objetivos.
La comida es muchas cosas. La comida es cultural. La comida es religiosa. La comida es social. ¡La comida es comerse ese sándwich cubano y pensar en cuánto solía disfrutar tu abuelo!
La comida está entretejida en cada tejido de nuestras vidas; no se trata solo de decisiones de salud preeminentes y de pérdida de peso.
Las vacaciones son un momento en el que nos reunimos con los seres queridos, participamos en las construcciones sociales que esperamos con ansias.
Relleno en Acción de Gracias, pernil en Nochebuena, ponche de huevo y vino. Cualquiera que sea su preferencia, se ha convertido en una preferencia porque tenemos estas tradiciones cercanas y queridas en nuestros corazones.
Cuando alguien está siguiendo una dieta estricta que no le permite participar en este tipo de momentos, le pregunto si vale la pena.
¡Aquí viene el segundo PERO!
Recordemos también que las vacaciones son simplemente unos días durante un período de tiempo prolongado.
Los días de celebración son menos frecuentes que una vez a la semana y pueden ser tan infrecuentes como una vez cada tres o cuatro semanas.
Una comida cada pocas semanas no le desviará de la salud ni de la pérdida de peso. Sin embargo, la cena de Nochebuena se convierte en un festival de atracones de 4 días.
Mi mayor consejo para servir las fiestas no es limitar lo que comes en el día real, sino mantenerte saludable los días anteriores y posteriores.
Planeo comer más carbohidratos mañana de los que probablemente comeré la semana siguiente, pero también planeo volver a mi programa programado regularmente los viernes, sábados, domingos y en adelante.
Una excepción a esta regla, las condiciones médicas.
Si tiene una afección médica, como enfermedad renal crónica, enfermedad cardiovascular, diabetes o cualquier otra cosa con limitaciones nutricionales médicas, asegúrese de considerar su salud primero antes de ponerla en peligro por una sola comida.
La diálisis de emergencia aumenta el día después de Nochebuena año tras año debido a la ingesta excesiva de sodio, proteínas, potasio y fósforo, así que ayude a reducir esa estadística considerando su salud como una prioridad.
No estoy diciendo que tengas que comer en exceso o pasar las verduras en la cena de Nochebuena. Odio tener que comenzar esas preguntas diciendo “y no tiene por qué ser algo saludable”. La comida es muchas cosas, ¡pero estresarnos por la comida es algo que nunca deberíamos hacer!
